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Dunk, nacido en El Lecho de Pulgas, y Egg, un niño de 10 años que es mucho más de lo que aparenta, van a vivir aventuras como caballero errante y escudero. Esta precuela de la saga Canción de Hielo y Fuego nos va a mostrar un mundo donde los Targaryen aún son los reyes.
El caballero de los siete reinos se publicó en septiembre de 2015 para reunir en un sólo libro Los Cuentos de Dunk y Egg, que son una precuela del universo Canción de Hielo y Fuego. La primera novela corta, o cuento, El Caballero Errante, se publicó en 1998 y en ella George R. R. Martin despliega todo su arte de una manera magistral, aunque con un punto de inocencia que no encontramos en la saga y que nos zambulle en los orígenes de la caballería, su esencia, sus valores y su disciplina.
Disfrutamos en El Caballero Errante de una historia magnífica con unas frases que erizan la piel de pura emoción. Las palabras con las que se ordena caballero a un escudero son absolutamente sublimes: "[...] en el nombre del Guerrero os ordeno ser valiente. -La espada se trasladó del hombro derecho al izquierdo-. En el nombre del Padre os ordeno ser justo. -De nuevo al derecho-. En el nombre de la Madre os ordeno defender a los jóvenes y los inocentes. -Izquierdo-. En el nombre de la Doncella os ordeno proteger a todas las mujeres...". Pero por encima de todo reencontramos los valores que tanto ansiamos cuando emprendemos la lectura de un libro de aventuras, el motivo por el que existe la caballería: "¿Por qué? [...] ¿Qué ven en mí? [...] A un caballero que recordó sus votos."
Como lectora incansable de fantasía y devoradora de los libros de George R. R. Martin, tenía unas espectativas altísimas respecto de esta precuela. Normalmente, las precuelas no nos sorprenden puesto que conocemos en qué acabará todo, y simplemente las leemos porque estamos ávidos de saber más. Pero con este cuento, Martin no sólo cumple con las más altas expectativas exigidas, sino que pasa el listón muy por encima de lo esperado.
No me gusta leer cuentos, porque su limitada extensión hace que el escritor no se pierda demasiado en los detalles y la trama pase demasiado rápido, pero un libro de cuentos, para mi gusto, es peor, porque cada 70 páginas (más o menos) volvemos a iniciar el esquema de una narración: introducción-nudo-desenlace, y claro, ¿para qué leer otras 20 o 30 páginas de una introducción? ¡Yo prefiero un nudo largo y un desenlace espectacular! Y aquí nos encontramos con tres introducciones. En fin, qué se le va a hacer. ¡No podemos dejar de leer a Martin por una menudencia como esta!
Disfrutamos en El Caballero Errante de una historia magnífica con unas frases que erizan la piel de pura emoción. Las palabras con las que se ordena caballero a un escudero son absolutamente sublimes: "[...] en el nombre del Guerrero os ordeno ser valiente. -La espada se trasladó del hombro derecho al izquierdo-. En el nombre del Padre os ordeno ser justo. -De nuevo al derecho-. En el nombre de la Madre os ordeno defender a los jóvenes y los inocentes. -Izquierdo-. En el nombre de la Doncella os ordeno proteger a todas las mujeres...". Pero por encima de todo reencontramos los valores que tanto ansiamos cuando emprendemos la lectura de un libro de aventuras, el motivo por el que existe la caballería: "¿Por qué? [...] ¿Qué ven en mí? [...] A un caballero que recordó sus votos."
Como lectora incansable de fantasía y devoradora de los libros de George R. R. Martin, tenía unas espectativas altísimas respecto de esta precuela. Normalmente, las precuelas no nos sorprenden puesto que conocemos en qué acabará todo, y simplemente las leemos porque estamos ávidos de saber más. Pero con este cuento, Martin no sólo cumple con las más altas expectativas exigidas, sino que pasa el listón muy por encima de lo esperado.
No me gusta leer cuentos, porque su limitada extensión hace que el escritor no se pierda demasiado en los detalles y la trama pase demasiado rápido, pero un libro de cuentos, para mi gusto, es peor, porque cada 70 páginas (más o menos) volvemos a iniciar el esquema de una narración: introducción-nudo-desenlace, y claro, ¿para qué leer otras 20 o 30 páginas de una introducción? ¡Yo prefiero un nudo largo y un desenlace espectacular! Y aquí nos encontramos con tres introducciones. En fin, qué se le va a hacer. ¡No podemos dejar de leer a Martin por una menudencia como esta!
El segundo cuento, La espada leal, es absolutamente prescindible. Aburrido y sin ningún interés. Sigue siendo Martin, pero la historia no me ha gustado nada.
El tercero, El Caballero Misterioso, nos devuelve a ese George R. R. Martin un tanto cínico, que tanto conocemos y apreciamos, con una historia digna de ser contada.
En general las aventuras de Dunk y Egg son fruto de la pluma de un escritor magnífico, pero yo prefiero una historia larga. Así, pues, aunque leer a Martin siempre es un placer, prefiero que dedique su tiempo a acabar la saga y no a escribir cuentos.
Por favor, Sr. Martin, ¿puede apiadarse de todos sus lectores e incondicionales fans y terminar Vientos de invierno? Será un pequeño paso que nos acercará al séptimo y último libro de la saga. Necesitamos saber si Daenerys Targaryen se sentará en el trono de hierro, si Bran acabará convertido en árbol, si por la magia de su pluma Ned Stark revivirá (cosa que ansío con desesperación), si Arya se volverá a encontrar con su huargo, si John Snow sabrá quién es su madre (que yo creo que es Lyanna Stark)... Nuestras vidas están necesitadas de la magia de los siete reinos. Llene de fantasía nuestra rutina.
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