8.10.17

Reseña LA ISLA, de Asa Avdic

SINOPSIS


Es el año 2037, y en la pequeña isla de Isola siete personas han sido seleccionadas para participar en un juego mental patrocinado por el estado para reclutar al candidato ideal para un puesto en el servicio de inteligencia de la totalitaria Unión de la Amistad. Uno de estos candidatos es Anna Francis, una burócrata adicta al trabajo con una hija de nueve años a la que rara vez ve y con un secreto a sus espaldas que la atormenta.

En verdad, Anna no es estrictamente una candidata al puesto: de hecho, ella es la prueba en sí misma. Su misión es escenificar su propia muerte y, luego, desde su escondite entre los muros de la casa, observar cómo reaccionan los otros seis candidatos al descubrir que hay un asesino entre ellos y evaluar quién de ellos responde a lo esperado. ¿Quién tomará el control y liderará la situación? ¿Quién se desmoronará por el miedo y la tensión acumulada?


Pero de pronto llega la tormenta, los liderazgos se disuelven, y es entonces cuando empieza el verdadero juego.


Combinando el suspense, los giros inesperados y los juegos psicológicos en un siniestro futuro distópico, Isola evoca un mundo en el que una mujer se ve en la encrucijada de una máxima contradictoria: ¿Podré realmente salvar mi vida haciéndome pasar por muerta?


FICHA
La isla
Asa Avdic
Publicación: 2017, Roca Editorial
(288 páginas)
Género: Thriller y suspense

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OPINIÓN PERSONAL

La isla, de Asa Avdic, es una novela realmente corta (o se me hizo corta) que leí sin parar. Un thriller psicológico que te atrapará

El planteamiento es francamente sencillo y es por eso que logra llegar a cualquier lector de su novela. Todo lo que quería transmitir la escritora estoy segura de que ha llegado a calar en nosotros. ¿Obvio? Sí. ¿Efectivo? También.

Parte de una idea bastante sencilla: los efectos de una relación entre poderosos opresores y pobres oprimidos. Alguien que tiene la suficiente fuerza sobre alguien para obligarle a aceptar algo que como poco es reprobable y como mucho es francamente inmoral y completamente censurable.

Pero no hay más remedio (¿tenemos opción cuando nos coacciona quien puede abusar de nosotros?). Los peones saben que no tienen elección para sobrevivir en un tablero de ajedrez. A veces consiguen aguantar hasta el final de la partida por decisión exclusiva de la mente pensante que domina el juego y otras son sacrificados sin pena ni remordimientos, al fin y al cabo están allí para deleite de quien está orquestando cada movimiento. La diferencia entre un tablero de ajedrez y la trama de este libro es que los personajes no son meras figuras y a veces pueden tener reacciones sorprendentes. ¿Quieres saber cuáles?

Este símil nos lleva de cabeza a lo más evidente de la novela, que por estar tan a la vista, puede pasar desapercibido: que el destino nos libre de estar en el punto de mira de alguien con mucho poder, porque seguro que es un peligro para nosotros

Un tema que pasa desapercibido en esta historia, porque parece que no tiene ninguna relación con lo que nos cuentan, pero que considero que es importante porque si no no formaría parte de la novela, es que los humanos nos reproducimos y nuestros retoños necesitan una madre que los críe. Las relaciones familiares, por absurdamente débiles que puedan parecer, son el pilar en el que nos sostenemos. Anna es madre pero también es hija. Y la madre de Anna también es madre e hija. Y sé que parece un comentario banal, pero ¿cómo podemos sobrevivir en un mundo de intereses y de abusos de poder sin el amor incondicional entre madres e hijos? La sociedad en la que vivimos, que se mueve a un ritmo vertiginoso, ¿nos está apartando de la crianza de nuestros hijos? ¿Estamos traspasando esta responsabilidad a los abuelos? ¿Estamos los padres demasiado ocupados viviendo nuestra vida para ocuparnos de nuestros hijos? ¿Necesitan los hijos el amor de su madre, o con cualquier amor ya tienen suficiente? Interesantes preguntas, ¿no os parece? La novela nos muestra este panorama.

El tercer pilar de esta historia es la confianza y la traición.  No puede existir la una sin la otra. Medimos a una por la ausencia de la otra. ¿En quién podemos confiar? ¿La confianza nos hará libres o esclavos? Normal. Se trata de un thriller psicológico. Así que es normal que la confianza o la falta de ella haga estragos en nuestra angustia. 

Cuando estaba leyendo La isla, el nombre de la protagonista me llamó poderosamente la atención. ¿Por qué Anna Francis se parece tanto a Ana Frank? ¿Tiene alguna relación? ¿Nos quiere decir algo la escritora? He buscado entrevistas que ha dado y en ninguna he encontrado ninguna referencia a esta casualidad, pero yo no puedo pasar por alto sus semejanzas: está escondida junto a otras siete personas porque no tiene otro remedio si quiere sobrevivir. Me gustaría que alguien se lo pudiera preguntar a la escritora. Curiosidad de lector.

La siguiente sensación que he tenido (esta sí que he podido comprobar que no es solamente mía) es el parecido con 1984, de George Orwell.

Por si os interesa, las palabras exactas de la escritora sobre ello son las siguientes:

No he imitado a Orwell intencionadamente, pero de alguna forma bebemos de la misma fuente, que es el antiguo bloque del Europa del este y la Unión Soviética. La razón por la que situé la novela en el futuro es porque quería la libertad de hacer suceder las cosas según mi propia elección, sin estar escribiendo sobre la República Democrática Alemana o cualquier otro país comunista. Pero además, me parece interesante la idea de que la historia y la modernidad no siempre nos empujan hacia delante. Algunos países pueden ser muy liberales y abiertos durante algún tiempo, pero de repente sucede algo y vuelven atrás hacía el fanatismo o la intolerancia, las dictaduras o la represión de las libertades como vemos que ocurre en el mundo ahora mismo. A lo largo de mi vida, las cosas siempre se habían movido hacia la apertura. Era fácil pensar que ese era el orden natural, pero ahora vemos que es algo que no podemos dar por sentado. No siempre es fácil recordarlo pero, por ejemplo, tanto Irán como Afganistán eran bastante liberales y «occidentalizados» en los años setenta, pero todo puede cambiar. En Suecia damos estas libertades y la amplitud de miras demasiado por sentadas, pero en algunas cosas estamos muy cerca del viejo bloque del este, y para mi fue un juego mental interesante el pensar cómo habrían sido las cosas si la historia hubiera tomado un camino distinto.
Así que la escritora ha mezclado una serie de ingredientes (como pueden ser un futuro que no va a mejor sino a peor, referencias al comunismo, los experimentos psicológicos, el juego, el poder, la confianza y los secretos) y nos ha construido una novela aparentemente sencilla que nos va  a ir desvelando una profundidad inesperada

La pregunta que más me ha preocupado es querer saber si es bueno o no recuperarse de las heridas emocionales de una guerra. Si no nos afecta o la superamos demasiado rápido, ¿quiere decir que nos falta humanidad? Si por el contrario, no somos capaces de sobreponernos al horror de lo que hemos vivido ¿significa que nuestros seres queridos, los que nos rodean, no son suficientes para que recuperemos las ansias de vivir? ¿Sobrevivir y reponerse? ¿O hundirse y morir? Parece una cuestión que no se puede fingir, ni provocar, ni evitar. Pero algo es seguro: la guerra cambia el alma de la gente.

¿Y la estructura de la novela? Pues como siempre digo, los que ya me habéis leído alguna vez no os vendrá de nuevas, no soporto una historia que se parte en dos, en pasado y en presente. En este caso, los flashback son demasiado largos, así que hacen el mismo efecto que me aburre y hace que desconecte de la trama de la novela. Cada vez que veía algo del pasado de Anna, no podía evitar querer que se acabara pronto y poder volver al momento de la historia que estaba teniendo lugar en la isla. Además considero que no hacía falta que la escritora nos mostrara qué había pasado. El carácter de Anna Francis es evidente que ha sufrido un trauma, así que con nombrarlo hubiera sido más que suficiente. ¡Con lo bonita y elegante que se hace una historia de estructura clásica con introducción, nudo y desenlace!

Si no fuera por este pequeño detalle (que no deja de ser un problema mío personal), la novela vale mucho la pena y la recomiendo porque tiene la belleza de la sencillez, y una vez finalizada, cuando ves que no puedes dejar de pensar en lo que has leído, te das cuenta que quizás había cosas un poco escondidas a las que vale la pena dar un par de vueltas en la cabeza.

Así que es una novela recomendadísima para amantes del género del thriller psicológico y que además tengan poco tiempo para leer, porque tiene pocas páginas.

Os avanzo que la escritora está trabajando en una precuela/secuela que nos hará entender el motivo por el que el presidente tiene tanto interés en Anna Francis.

Si os ha gustado esta reseña y queréis comprar el libro os dejo los siguientes enlaces (digital y papel):

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